NIHIL
El deterioro del ecosistema es evidente e innegable. La
carrera suicida del sistema que sólo puede mantenerse huyendo hacia
delante. Por primera vez en la historia la Tierra ha mostrado sus
límites, su finitud. No cabe crecimiento ilimitado del entorno
cerrado, pero a esta verdad sencilla el fin del crecimiento y la
limitación de necesidades y deseos, se ha tomado el falso desvío
del desarrollo sostenible (que se sostiene, en realidad, sobre el
“otro” desarrollo, el insostenible).
Como el dragón Ouroboros, Natura se muerde la cola. Ya
su cabeza otea el extremo caudal de su organismo, haya que darle un
valor no por lo que vale, sino, por lo que significa.
El saber popular, más sensato, cuando observa que una
polémica se encona y no tiene ya solución: “Es la pescadilla que
se muerde la cola”. Ese es, ahora mismo, el Estado de la Cuestión.
El concepto del doble pensamiento, la fuerza corrosiva
del sistema, con justificación legalista.
Olvidemos, aunque sea un
poco, de tener y volvamos a ser. Dedicando el tiempo libre, que cada
vez sea mayor, a ilustrar nuestro espíritu, un modo de vida donde
menos es más, y la simplificación un arte y una estética. Dice el
Tao:
El
que sabe cuando detenerse
No
continúa hacia el peligro,
Y
puede resistir mucho tiempo
Aquí por fortuna hay espacios en donde es perfectamente
asumible el sonido que deja una obra de arte cuando desaparece. En
Lizara todo es atemporalidad y grandeza, con las puestas de sol y los
mares de nubes. La intervención no es una corriente artística es
un proceso de realización personal y
colectiva. Con el arte y naturaleza, las
dos grandes manifestaciones de nuestro entorno.
Isidoro Sáenz
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